Se dice que en el presente siglo estamos viviendo la década de la sustentabilidad y las instituciones de Educación superior no se quedan atrás, por cuanto son muchas las universidades a nivel mundial y sobre todo de Latinoamérica están tomando conciencia de la importancia de la educación para la sustentabilidad y hoy por hoy, forman parte de su pensum de estudio, siendo un factor fundamental para unir a las universidades con la comunidad en materia de formación ambiental, por cuanto no están alejadas de la realidad política, económica, cultural y social que afectan a las regiones y comunidades que las conforman.
Es importante resaltar que en diciembre del 2002, la resolución 57/254 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), estableció la Década de la Educación para la Sustentabilidad (DES) desde el año 2005 al 2014, con el principal objetivo de lograr una educación de calidad en los Estados miembros. Una de las acciones básicas y primordiales dispuestas por esta organización para la Década plantea a los gobiernos de dichos países la reconsideración, exploración y reorientación de los programas educativos en todos los niveles escolares hacia el desarrollo humano sustentable sobre todo la educación de las capacidades relativas a los conocimientos, habilidades y valores relacionados con estilos de vida y prácticas sustentables, papel que le corresponde cumplir no sólo a la Educación Primaria sino tambien a la Educación Universitaria.
El planteamiento sostiene que debe existir una articulación y vinculación entre los contenidos curriculares y los planes y programas locales de desarrollo comunitario relacionados con la gestión ambiental. La consecución de este nuevo escenario en la práctica educativa a nivel superior supone un reto, puesto que incluye la dimensión ambiental en los currícula, y contextualizarlos en las realidades locales, ya que se hace necesario enfrentar la rigidez institucional, en tal sentido, países como México, Chile, Colombia, Venezuela, entre otros han articulado sus proceso educativos en todos los niveles con respecto a la educación para la sustentabilidad.
Por ello, las nuevas oportunidades de la educación superior con respecto al desarrollo sustentable, se basa en un cambio y oportunidades de nuevos aportes para la conservación del medio ambiente, preservación de la cultura y una educación para la paz que orienta una nueva política de educación superior en la construcción de sociedades del conocimiento basadas en el desarrollo humano sustentable, lo que implica la creación de planes de acción sobre educación y política ambiental que orienta y fortalece el trabajo ambiental en las instituciones de educación superior y la potencial vinculación y colaboración de éstas con los organismos públicos responsables de las políticas ambientales y del sector privado, los organismos no gubernamentales y la sociedad en general, tal como se afirma en la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI, cuya visión y acción se orienta hacia la educación para la sustentabilidad como uno de los pilares fundamentales de los derechos humanos, la democracia, el desarrollo sostenible y la paz. (UNESCO,2006)
En tal sentido, la participación de las instituciones de educación superior, responsable de la formación profesional de generación de jóvenes y no tan jóvenes y de la investigación científica representa una condición necesaria para los cambios esperados en materia de educación para la sustentabilidad. Es por ello, que se requiere fortalecer las acciones en algunas instituciones iniciando planes educativos que articulen los esfuerzos en busca de un esfuerzo sinérgico y en una dirección que ofrezcan mejores y más amplios resultados.
Es importante, resaltar que en América Latina, se ha trabajado de manera constante para construir una educación para la sustentabilidad, ambiental, ecología y endógena que corresponda a las necesidades y condiciones autóctonas. Es aquí donde entran de manera significativa los retos para la educación superior, ya que es en las universidades, donde se produce y reproduce de manera sistemática las ideas hegemónicas del desarrollo humano sustentable y es allí donde se ha profesionalizado el conocimiento en torno a este conocimiento ( Escobar, 1996), y se puede observar ya sea en facultades como agronomía, economía, administración, entre otras. Por lo tanto, el trabajo de la educación superior consisten en revisar y analizar las causas y consecuencias de las ideas del desarrollo humano sustentable, la educación para la sustentabilidad; a fin de revisar las bases epistemológicas del conocimiento transmitido y su compatibilidad ambiental, en el sentido por ejemplo del saber ambiental y la racionalidad ambiental, planteados por Leff (1998); educar en la complejidad y diversidad de saberes y conocimientos para comprender la complejidad en cuanto a la sustentabilidad y evidenciar la relación que existe entre las formas de conocer y la apropiación de su entorno, y plantear la importancia de una ética ambiental y de la vida ysu relación con la educación para la sustentabilidad en la educación superior.
REFERENCIAS
Escobar, A (1996), La invención del Tercer Mundo, construcción y deconstrucción del desarrollo, Ed. Norma, Bogotá.
Leff, E(1998), Saber ambiental: sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder, Ed. Siglo XXI, PNUMA, CIICH, México.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO.(s/f)Declaración Mundial de la educación Superior en el Siglo XXI . Visón y acción. Paris.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO. (2006). Educación para el desarrollo sustentable. en: http://portal.unesco.org/education/
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO (2002). Resolución 57/254 Década de la Educación para la Sustentabilidad (DES). Paris.
No hay comentarios:
Publicar un comentario