En los tiempos actuales la Universidad pública enfrenta el reto de emprender, un profundo proceso transformador de dimensiones históricas nunca antes vistas, por cuanto es necesario reconocer que nuestro modo de vida está en crisis y es de suma urgencia reconfigurar el proyecto de civilización del que formamos parte. Nuestras formas de significación y apropiación del mundo, cosmogonía, sistema de valores, racionalidad gnoseológica y referentes de progreso han hecho crisis tanto al interior del sistema: inequidad, hambruna, pobreza extrema, guerras y enfrentamientos entre culturas; como al exterior aparente: cambio climático, deterioro de la capa superior de ozono, extinción de especies, pérdida y deterioro de ecosistemas y de la riqueza génica lo que hace a la civilización moderna insostenible.
Por consiguiente, se requieren nuevos referentes, que permitan construir nuevas formas de entendernos y de entender el mundo, de vivir en él y con nosotros, de convivencia entre culturas. Papel que le corresponde a la Universidad, por su vocación de conocimiento, valor crítico y por la formación de profesionales con un perfil ecológico, adquiriendo un significado para el desarrollo de este proceso.
Es de hacer notar que, todo proceso educativo está indisolublemente ligado al proyecto civilizatorio, a una imagen deseable de individuo y de sociedad. Por lo tanto, se concibe en torno a un marco filosófico e ideológico particular, en el que está implícita una visión de mundo, de ser humano y de la relación de éste con ese mundo, la cual formar parte fundamental de la Universidad Pública en la actualidad.
Es Importante resaltar, que hoy la educación suele ser una herramienta para mantener y desarrollar el modelo civilizatorio dominante. Por lo que en su proceso se fomenta en los individuos un pensamiento antropocéntrico del mundo, estableciendo marcos paradigmáticos en torno a los cuales se dan relaciones de dominancia del hombre hacia cualquier elemento natural, por lo que se fomenta, impone y persigue este modelo a costa de los sistemas naturales y de las culturas que se desarrollan de modo integral con éstos.
Es por ello que, en la actualidad, las nociones de progreso, desarrollo y bienestar sociales que enmarcan las verdaderas consecuencias del modelo vigente, se transmiten en los procesos educativos del mundo occidentalizado, desde la familia y la educación primaria hasta la formación universitaria, incluida la científica. De allí, que se busque un cambio en el cual la universidad pueda contribuir a construir nuevas formas de concebir el mundo y la Humanidad, de conocimiento y perspectiva científica y de formar universitarios para poder imaginar y fundamentar un modo de vida sustentable y coherente con el mundo natural.
Por otro lado, los universitarios requieren de un saber emergente en el que se rescate el sentido y el carácter valórico y cultural del conocimiento, de la ecología y de la conservación del planeta tierra; que trascienda mas allá de la visión del mundo como mero objeto de estudio, uso y dominación. Requieren, por lo tanto, de una conciencia de los rasgos históricos-culturales que configuran las problemáticas socioambientales concretas, para aspirar a un ejercicio constructivo de su profesión. Esto transita por espacios más amplios que la universidad.
Es tal sentido, se hace necesario trabajar con otras instituciones y agentes sociales como las comunidades para construir un saber transdisciplinario, colectivo, que posibilite un reencuentro comprehensivo con el mundo real, la Humanidad, la Ciencia y el Conocimiento; pero también, resolver problemas específicos, concretos. La universidad y el universitario tienen un lugar central en la reconstrucción de esta civilización, pero deben reconocerlo, aprehenderlo y ejercerlo.
Felicitaciones excelente tematica
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